Estrategias indígenas para la conquista de América
Durante la semana santa de 1536 el inka Manko Capak
termina de coordinar el “llamamiento general” a todas las provincias del
imperio para reconquistar el Cusco en manos de los Kañaris, viejos
enemigos de los inkas, y sus nuevos aliados españoles al mando de Hernando Pizarro.
Frente al ataque inka los ocupantes van perdiendo una a una
sus posiciones dentro de la ciudad , primero la fortaleza de
Saksayhuaman que dominaba la plaza y después combatiendo calle por calle
hasta quedar acorralados en la plaza mayor de la ciudad. Los españoles
eran solo un puñado y los kañaris se habían retirado a las montañas.
En ese crítico momento en que se podrían haber eliminado a los pocos
extranjeros del Cusco para luego dedicarse a los de Lima que en paralelo
estaban siendo hostigados por el ejercito inka del norte al mando del
general Quizo Yupanki, Pizarro pide
ayuda a sus aliados y los Kañaris vuelven a entrar en la ciudad, ataque
gracias al cual logra recuperar la fortaleza de Saksayhuaman y rechazar
finalmente a Manko a quien no le queda más remedio que retirase a Ollantaytambo, a 80 kilometros del Cusco.El propio Inka Garci Lasso nos relata pocos años después lo que ocurrió en pleno fragor de la batalla cuando algunos oficiales de Manko Capak desafíaron a los españoles sitiados a un combate singular:
“Entonces un indio
Cañari de los Nobles de su Nación, que cuando Niño y Muchacho avia sido
Page del Gran Huayna Capac y despues fue criado del marques D. Francisco
Pizarro dijo: “que pues aquel atrevido venia a desafiar a los
viracochas que el queria salir en su desafío y que esperaba volver en la
victoria”1
Sería una simpleza pensar que los kañaris traicionaron la “causa
india” al ayudar a los españoles, es más logico pensar que simplemente
defendían sus intereses. Los dirigentes de esta nación originaria del
actual Ecuador , habiendo sido conquistados inicialmente por Tupak Yupanki (1440-1493) e incorporados al imperio tomaron posteriormente partido por Huaskar en su enfrentamiento con Atawallpa durante la guerra que enfrentó a ambos hermanos. Atawallpa los conocía bien por haber sido criado en Quito y no los quería.Por su parte los dirigentes kañaris se aliaron con Francisco Pizarro desde que él desembarcara en Tumbez y decidiera capturar a Atawallpa. Personalmente pienso que no sería nada extraño que incluso ellos mismos lo hubieran inducido a tal decisión pues cuando él llego al campamento militar kañari ya estaban en armas contra Atawallpa. Es decir, se trata de un ejército en operaciones que esta apoyando a uno de los bandos del imperio y al cual se incorpora Francisco Pizarro. Por tanto, la ayuda que los kañaris dan al clan de los Pizarro cinco años después para defender Cusco era coherente con su proyecto político. Su plan era claro: debilitar el poder imperial para retomar su autonomía, utilizando en esa estrategia a los violentos extranjeros portadores de tecnología nueva e innovadoras artes de combate.
Y de hecho, fueron exitosos dado que, con la posterior conformación de la colonia vieron recompensada su intervención militar obteniendo poder en la administración. Tal es la conclusión a que ha llegado el historiador francés Jacques Poloni-Simard:
“A algunos nobles (kañaris) se le
reconocían títulos. En 1607, Don Francisco Huarta Pudlla poseía el
título de ‘Cacique principal y gobernador de los pueblos de Juncal y
Hatun Kañari’, en 1611 Don Sebastian Lasso era reconocido como cacique y
señor principal de la Alausi, Guasuntos y Mollepongo”2
Involucrar a los españoles en los juegos de poder fue una constante
entre los distintos grupos de políticos indígenas, incluso el propio Manko Capak,
en este caso derrotado por la alianza Kañari-pizarrista no dudó en
utilizar a los españoles para sus propios intereses. Sabemos que un año
antes de la batalla del Cusco que acabamos de citar, contrató al vasco Martín Cote para que “al
mando de una cuadrilla de españoles asesinara a su primo Atoc Supa,
quien en opinión de algunos tenía bastante derecho para ocupar la
posición del propio Manco”, es decir, el trono del imperio3 .
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